5 de mayo del 2012. 17:52 hs.
Ya lo sé, hace tiempo creo que lo sé, no había necesidad de
seguir mintiendo. Hoy te lo pedí, te pedí que me dijeras la verdad, que los
problemas cuando se “estiran” duelen más (pero la única lastimada soy yo).
Estás con ella, estás con otra. Te divertís, tomás mate, charlás, reís. Lo que
ya no te salía conmigo. Con ella es todo “reciente”, nuevo, un terreno
disponible de exploración, desconocido (bueno, no tanto). Eso te genera
intriga, siempre te gustó (nos gustó) lo desconocido, los desafíos. Eso te
incentiva más, te da curiosidad el “qué pasará” y es justamente todo esto lo
que hace que te atrape más, que te atraiga más. Te gusta más que antes.
Sabés qué es lo malo acá? (Voy a correrme a un lado y a
hablar únicamente de vos) Lo malo acá es que ya no te acordás y eso es lo PEOR
que podés hacer. Tené cuidado, aprendí con vos que es muy difícil que las
personas cambien por más cambio evidente que pueda notarse. ES MENTIRA, todo lo
que siempre dicen es mentira, y no digo que lo hagan con mala intención (aunque
desde la perspectiva de ELLA, seguro, y no me extrañaría, que sí lo haya
hecho). Fue, como dirían un par de amigas nuestras: esto deja de ser un
problema mío y pasa a ser uno tuyo. Hacé lo que quieras, yo ya te lo advertí.
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