26 de Octubre, 2010 14:35 hs
No sé por dónde empezar todo lo que tengo para decir. El no saber por dónde me hace dudar si en verdad es tanto lo que quiero escribir pero no, no tengo que dudar. Hoy, con esto que pretendo expresar, acá por escrito, quiero desligarme de una vez, que esto me sirva de suerte de desahogo, que quede todo escrito y que el día de mañana pueda leelo y saber exactamente cómo me sentía.
Cuando empezamos a estar juntas todo parecía perfecto, no teníamos nada que nos perjudicara, salvo una cosa, yo estaba enamorada de otra persona. Vos decidiste soportar eso y empezar una historia conmigo
, prometiste cuidarme y sacar todo ese miedo que me había quedado, toda esa inseguridad. Poco a poco nos fuimos queriendo más y derrotamos juntas los fantasmas del pasado, sentimos cariño, compromiso, fidelidad, pasión, respeto y ternura,
sentimos amor. A los tres meses ya éramos la una de la otra, novia y novia, mujer y mujer, éramos la pareja tipo, ideal. Cada beso era como el primero, con esa mezcla de nervios, ansiedad, y nuditos (en la panza)
Todo era perfecto. Nunca antes me sentí más querida, nunca antes pude haberme imaginado lo que se siente que te amen tanto, que te cuiden más que a nada, que te amen más que a nadie, nunca fui tan feliz. Lo eras todo para mí, te habías convertido en la respuesta a todas las cosas, mis por qué y mi incentivo para todo, lo más perfecto y hermoso, eras vos, eras mi vida, mi alegría, mis motivos y mis ganas, eras mi amor, EL amor. Me diste lo que necesitaba en el momento preciso, vida y alas, en el paquete más hermoso, en tu amor, tu nombre, vos y toda vos. Y es que me da bronca no poder expresar lo feliz que fui, porque juro que no fue un amor como cualquiera, este amor superaba los límites, cualquier frontera, expectativa, era
magia pura,
un sueño hecho realidad.
Éramos novias pero éramos como las mejores amigas, con todas las letras unas "compañeras de vida", siempre juntas, siempre unidas, apreciando hasta el más pequeño detalle, como lo feliz que éramos caminando de la mano, tomando mates con su mamá, durmiendo abrazadas, mirándonos a los ojos u morirnos de amor al instante, puede que no vaya al caso pero siempre nos reíamos después de hacer el amor, era una de esas carcajadas que salen del alma y no abrazábamos, nos quedábamos así, ahí, amándonos din mover un sólo músculo más. Felices, contentas.
Fueron hermosos todos esos meses con vos, un año juntas,
sólo vos y yo,
nadie más,
Sofia y Marina, Marina y Sofia, la pareja perfecta, con toda una vida organizada, pensamos en cómo quieríamos nuestra casa, nuestro perro, gato no, no te gustan. Pensamos en nuestra futura habitación, color de paredes, piso, acolchado de la cama. Cocina y comedor, parque, patio y jardín delantero, con florcitas de colores como me gusta porque le dan más vida y alegría al hogar, al que iba a ser nuestro hogar, el hogar más hermoso del mundo, "nuestra casita de amor" donde íbamos a vivir con nuestros hijos, con Thiago. Sí, me prometiste a Thiago también.
Después de nuestros días en Santa Clara para festejar nuestro año, te fuiste a Córdoba con las guías, fueron diez días lejos de vos, nunca habíamos pasado tanto tiempo separadas, me enfermé y estuve una semana en cama. Cuando volviste de a poco empezaron a notarse cambios, eras otra, nuestras discusiones diarias te afectaban demasiado, sentía que ya no soportabas. Así fue, el seis de agosto me dejaste, diciéndome que tu idea era la de tomarnos un tiempo.
Me quebraste, pero me dijiste que ibas a volver entonces esperé. A la semana, justamente una semana, me dijiste de volver, que nunca deberías haberme dejado ir y que era
el amor de tu vida, que por favor no paráramos de contar la cantidad de días juntas por esa "patinada", que nos gustaba el diez, porque un diez nos íbamos a casar, también eso, me pediste que me case con vos. Para el 18 de agosto me volviste a dejar, pero ese era "definitivo", ahí
me tiraste el mundo al suelo, junto con todo lo demás
y lo pisaste. Esa tarde te fuiste a ver a una amiga que estaba mal, a mí me dejaste sola, llorando, llorándote.
Así pasó un tiempito pero al fin y al cabo me dijiste de volver a intentarlo a fines de septiembre, mi cabeza decía que
no! pero
yo moría por volver con vos. QUÉ ESTÚPIDA, por qué no volverías a hacerlo? qué te detendría esta vez? y sabés qué es
lo peor? ya no somos
vos y yo en esta historia, esta historia que era
nuestra y de
nadie más,
vos la desfiguraste. Nos abandonaste, me destrozaste, y las alas que me habías regalado para volar, las cortaste, me habías dado vida pero al final me mataste.
Dónde quedó el amor? Dónde quedó ese sentimiento de pertenencia que nos caracterizaba a las dos? Dónde quedaste vos y dónde se perdió el "nosotras"? Porque sí, se perdió, como se perdió toda esa vida que teníamos planificada, juntas, por la cual no podía esperar a que pasen los años y crecer, moría por despertarme todos los días con vos. Como se perdió el corazón en el camino y como se terminó nuestra historia, como se terminó cualquier esperanza o compasión,
como se terminó el amor. Como me dejaste, tirada y tan
enamorada.
Los perdones que me pediste una y mil veces la última vez que volvimos ya no van al caso. Los "sos el amor de mi vida" y "no puede ser que me tengas tan estúpidamente enamorada" tampoco, tu palabra ya no tiene valor para mí. Lo único que quiero, ahora que terminó esta historia, es empezar una nueva, lejos de TODO lo que me hace mal. Quiero poder superar esto y salir adelante como sé que voy a poder hacer. Estoy cansada de sentirme mal, no creo merecerlo y
ya no es mi turno.